Hoy vamos a adentrarnos en la vida de Camila, una chica de 25 años que piensa que ni el cielo es el límite. Va por la calle soñando despierta, ama el arte, las novelas y las películas románticas.
Decidió estudiar leyes pues siempre le ha apasionado ayudar a los demás. Desde que se graduó ha trabajado en la firma de abogados de su familia; al ser la chiquita de su casa, es mimada y consentida por sus padres y hermanos.
Sin embargo, aún cuando todo aparentemente indique que lleva una buena vida, ella no lo considera así. Como es habitual en la mayoría de nosotros, suele compararse constantemente con sus iguales al alcance de un solo clic. Ve a sus amigos viajar por el mundo.
Algunos otros hacen un mosaico de titulaciones en sus paredes. A otros se les ve con un buen teléfono, cenar en los mejores restaurantes, llenar sus armarios de ropa y conseguir el amor de la vida. Esto ha desencadenado en Camila un estado de crisis existencial que se presenta cada mes y desde hace más de un año.
Sus ojos muestran la agitación de su alma y la tormenta que inunda su mente. Una crisis que la adentra en el túnel ansiógeno de la frustración salpicada por la tristeza profunda de la depresión. Su corazón late como si acabara de finalizar una maratón. Sube y baja de peso como un yoyo y ni hablar de sus uñas, que parecen ser más un manjar para dientes.
Camila suele relacionar este tsunami emocional con su ciclo menstrual. Por eso no lo considera como algo trágico y lo ignora, tal como lo ha hecho su último amor con ella: que sin decir adiós, abandonó el barco de las expectativas dejando tras él, dos chulitos en azul.
Te puede interesar: Aprender a gestionar las emociones
¿Te suenan familiares las crisis emocionales?
¡A más de una nos ha pasado! Por eso no deberías abandonar este barco como lo hizo el último amor de Camila, quédate hasta el final y encontrarás las luces que iluminaran el túnel de la infelicidad.
Tú, tus amigas y yo, hemos pensado que nuestro ciclo menstrual es el que causa revuelo emocional, si esto fuera así, los hombres jamás experimentarían tsunamis emocionales ¿no lo crees?
Y como decidiste continuar en el barco, voy a revelar a qué se deben los tsunamis emocionales. Todo se trata de la ansiedad y la depresión, así como lo lees y esto es producto de asuntitos que hemos dejado sin resolver, por lo que deberíamos hacer un cierre de ciclos, y también a ver ver el mundo con ojos de temor, miedo y pánico por situaciones de atrás. Pero ahora que lo hemos puesto al descubierto, vamos a abordarlo como corresponde.
¿Qúe es la ansiedad?
Ansiedad y depresión son conceptos diferentes que deben ser entendidos por separado. Según Sebastián Palermo, un psiquiatra que sigo muy de cerca y además un erudito en el tema,
la ansiedad es una emoción de temor anticipado, que sobresale ante situaciones de estrés para que sobrevivamos al miedo. Activando un sistema de alerta luego de que evaluamos que hay una situación de riesgo.
Te puede interesar:
Si quieres saber más, revisa este artículo de ansiedad al futuro para complementar.
¿Qué es la depresión?
La tristeza profunda, entendida aquí como depresión, es el resultado de eventos que nos han causado tristeza o sentimientos melancólicos en su momento y que hemos dejado sin resolver por el mismo dolor percibido.
Mira este video para complementar 🙂
¿Por qué experimento ansiedad y depresión?
La ansiedad se debe a la incorrecta evaluación que haces de las situaciones, asignas valores de prevención, temor, miedo y pánico a decisiones que debes tomar y situaciones que debes atravesar, pues siempre crees que te va a pasar lo peor porque no eres digno de recibir lo mejor. Lo que puede llevarte a traer a memoria, eventos del pasado que te han hecho sentir, tristeza y melancolía, debido a la mala experiencia que pudiste tener, y como resultado aparece la depresión.
Nada cambia por arte de magia, las cosas cambian cuando tú cambies y tú cambias cuando transformas tus pensamientos y la forma de valorar la vida a través de, las gafas del amor propio.
¿Te arriesgas a cambiar los lentes de dolor, miedo, pánico y frustración, por los lentes del amor propio?

Me encanta ayudar a sanar, disfrutar un helado, sonreírle a la vida y enamorarme de Dios. Me gusta el morado y las películas románticas. Creo que somos más de lo que creemos que somos.