Siento que mi vida se va por un tubo. Nada me gusta, todo me fastidia. ¡Creo que ni siquiera me soporto! Quisiera tener una nueva vida. Quería hacer mi maestría y no puedo porque el dinero no alcanza. Quisiera ir a la playa de vacaciones. Mi celular va a explotar algún día por lo viejo que está.
Mi apartamento es horrible, es todo un caos porque no tengo tiempo para arreglarlo y ni hablar del armario; creo que todo es de los 80’s porque hace años no voy de compras. Ahora, si hablamos de mi pareja, solo puedo decir que me aburre con su falta de amor.
Todos los días es lo mismo, no es detallista, no me ayuda con la casa, no se esfuerza por superarse. Tenemos 3 hijos y no sé en qué momento me dio por tenerlos con él.
No me ayuda con la crianza, no es capaz de buscarlos en el colegio y mucho menos de ayudarlos con las tareas ¡Juro que estoy viva de milagro!
Mucho drama pero aunque increíble, es la situación de muchas personas y seguramente en tu entorno hay algunas que comparten algo de esto (¿quizás tú?).
Quiero contarte que es un caso de la vida real. Me llegó recientemente a consulta y ha tocado tanto mi corazón que decidí compartirlo contigo. Cambiaremos los nombres reales de los protagonistas por Clara y su pareja Fernando.
Clara llegó muy mal a consulta, y ¡cómo no! es una mujer que apenas tiene 40 años y está perdiendo sus años por vivir sumergida en la frustración, amargura y un notable estado de desesperanza.
Quizás no compartas toda la vida de Clara, pero ser feliz es un tema que a todos nos interesa y si estás acá seguramente quieres encontrar una mejor definición acerca de cómo ser feliz.
¿Qué NO es felicidad?
Empecemos definiendo lo que no es la felicidad. Socialmente se ha construido el concepto de felicidad a través de lo que tenemos, nuestros logros, nuestros títulos y lo que hacemos.
Y esto sí que lo evidenciamos muy bien por redes sociales. Es común que nos encontremos con los viajes que realizan nuestros amigos, sus títulos, compras, mascotas, familia, pareja, etc, etc, etc. Y ¿qué vemos? aparente perfección, que solemos relacionarla con felicidad.
Vemos que la gente es aparentemente feliz y ahí entramos en conflicto al sentirnos mal porque no tenemos ni de lejos esa apariencia de vida. Entonces, nuestro objetivo empieza a definirse por lo que vemos en los otros y creemos que para responder la pregunta de ¿cómo ser feliz? debemos acomodar nuestra vida los más parecido posible a la de ellos, imitando al máximo lo que son y consecuentemente, buscar lo que tienen.
En ocasiones esa comparación puede hacernos tanto daño que llegamos a endeudarnos sólo por conseguir llegar al “nivel” de ellos. Y ni hablar de nuestra parte relacional. Empezamos a vivir de apariencias para también mostrar en nuestras redes sociales que podemos encajar con ese modelo definido.
¿Ahora entiendes por qué a Clara le cuesta ser feliz? Seguramente buena parte de su infelicidad radica en el hecho de ver la felicidad de otros como un ideal; por eso nos encanta compararnos.Es como una suerte de narcótico que sabiendo el daño que nos hace, el vicio es tal que no podemos evitar hacerlo constantemente.
Un famoso ejemplo es la clara y definida comparación entre mujeres; al encontrar esta persona que no tiene algo de lo que las otras mujeres sí, su mente entra en caos, frustración, desaliento. Con ello podemos ver que su percepción está distorsionada porque su definición de felicidad está desorientada.
Bueno, definamos entonces ¿Qué es la felicidad?
A mí me gusta definir la felicidad como un estado de plenitud total; en donde aceptamos lo bueno y lo malo con gozo porque aún de lo malo podemos aprender. Es ver el futuro con esperanza y enfrentar nuestro miedos, inseguridades y temores con optimismo porque sabemos que todo saldrá bien.
Sócrates la define de esta manera:
“El secreto de la felicidad no se encuentra en la búsqueda de más, sino en el desarrollo de la capacidad para disfrutar de menos”.
¡Me encanta esa definición! Nos deja ver que la felicidad no está relacionada con lo que tenemos, sino con la capacidad de disfrutar.
Clara se sentiría mejor si tuviera más dinero para hacer su maestría, viajar, comprar ropa y una vez más tener. Pero también sería feliz si Fernando, su pareja, fuera diferente; esto también es algo que socialmente define nuestra felicidad.
Te puede interesar: ¿Como soltar a mi ex?
La felicidad no debemos ponerla en las manos de otro y aquí también quiero detenerme, porque solemos culpar al otro de nuestra infelicidad, pero ¿vale la pena confiarle nuestra felicidad a otro? Absoluto y rotundo no. La felicidad debe depender de nosotros mismos, pues cuando la dejamos en manos de otros, conseguiremos frustración y uno que otro malestar físico, emocional y psicológico.
Concluyamos entonces ¿cómo ser feliz? Es abandonar comparación, la envidia y el egoísmo; entendiendo que en mis manos y no en las del otro, está la construcción del estado de plenitud que me lleva a estar en paz con mi ser interior y con los demás, para avanzar con esperanza hacia el futuro prometedor que está delante de mí.
Como siempre, te dejo unos sencillos pasos para concluir el tema 🙂
8 sencillos pasos para ser feliz 🙂
- Deja atrás el pasado. Esto implica que sueltes lo que ya no fue. Piensa que lo mejor está por venir. Cierra el ciclo.
- Elimina la culpa. Haz las paces contigo mismo y perdónate por los errores del pasado.
- Adiós a la comparación. Piensa en que todos fuimos creados de forma única y somos irrepetibles. Para tí pueden haber mejores oportunidades ¡siempre!
- Elimina la envidia. Una buena forma de hacerlo es empezando a ver lo bueno en el otro, reconócelo día a día y empieza a disfrutar sus logros.
- No seas egoísta. Evita exigir y demandar. Ocasionalmente lo hacemos con las personas de nuestro círculo cercano (amigos, pareja, familia), los llevamos a cambiar a lo que nosotros queremos, impidiéndoles que sean lo que quieren y esto sólo ocasiona que ellos también se frustren.
- Identifica y reconoce tus fortalezas y habilidades. Cuando identificas esto logras enfocar tu vida hacía eso que te gusta y disfrutas.
- Sueña, sueña y sueña. Construye un libro de sueños y revisa qué debes hacer para lograrlos. No permitas que el dinero te limite, siempre hay forma de alcanzarlo. Tampoco dejes que la ansiedad al futuro sea un obstáculo para soñar.
- Amate sin límites. Ámate hoy y será más fácil que mañana te ames. Cuando te amas, tu esperanza se enciende y es más fácil avanzar hacia eso que quieres porque tu perspectiva siempre será optimista.

Me encanta ayudar a sanar, disfrutar un helado, sonreírle a la vida y enamorarme de Dios. Me gusta el morado y las películas románticas. Creo que somos más de lo que creemos que somos.